El "fin de los tiempos" es un tema extenso y un pasaje clave, aunque a menudo mal entendido en la discusión es Mateo 24, específicamente los versículos 21-34.
Porque entonces habrá gran angustia, sin igual desde el principio del mundo hasta ahora, y nunca más será igualada. "Si esos días no hubieran sido acortados, nadie sobreviviría, pero por causa de los elegidos esos días serán acortados. En aquel tiempo, si alguien os dice: 'Mirad, aquí está el Mesías' o 'ahí está', no lo creáis. Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas que harán grandes señales y prodigios para engañar, si es posible, aun a los escogidos. Mirad, os lo he dicho de antemano. "Así que, si alguien os dice: 'Ahí está, en el desierto', no salgáis; o: 'Aquí está, en los aposentos interiores', no lo creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente se ve hasta en el occidente, así será la venida del Hijo del hombre. Dondequiera que haya un cadáver, allí se reunirán los buitres. Inmediatamente después de la angustia de esos días "'el sol se oscurecerá y la luna no dará su luz; las estrellas caerán del cielo, y los cuerpos celestes serán sacudidos." Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo. Entonces todos los pueblos de la tierra se lamentarán al ver al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus elegidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro". Ahora aprende esta lección de la higuera: En cuanto se ablandan sus ramas y salen sus hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que está cerca, a la puerta. En verdad os digo que esta generación no pasará hasta que todas estas cosas hayan sucedido. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán jamás.
Una herramienta hermenéutica esencial para entender pasajes desafiantes como estos, es dejar que la Escritura interprete a la Escritura. El versículo 34 de este pasaje nos da el contexto para interpretar los versículos precedentes. "De cierto os digo que no pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas".
Muchos interpretan este pasaje y la venida de Cristo en "poder y gloria" (v. 30) como una referencia a la segunda venida. Pero cuando Jesús dijo que "volvería con poder y gloria", no se refería a su venida final o a lo que típicamente se conoce como la segunda venida. A lo largo de la Biblia, Dios descendió a su pueblo o se le manifestó a Israel de muchas maneras diferentes con distintos propósitos. Uno de estos eventos "venideros" fue su venida para traer juicio sobre la Israel infiel (i.e. Miqueas 1:6-7) De la misma manera, Mateo 24:30 se refiere a Jesús regresando para juzgar a Israel por su comportamiento adúltero y desatención a las enseñanzas y advertencias de Jesús mientras estuvo en la Tierra, lo que eventualmente llevó a su muerte en la cruz. Esta venida específica en juicio se produjo por medio de la destrucción de Jerusalén y del templo en el año 70 d.C. Además, "estas cosas", a las que se hace referencia en el versículo 30, llegaron efectivamente dentro de la generación (alrededor de 40 años) de los discípulos que estaban presentes cuando Él hizo esta declaración.
Con las Escrituras vinculando el texto para mantener "estas cosas" dentro de una generación, ahora tenemos un tiempo y un marco dentro del cual podemos interpretar los versículos precedentes, como el versículo 29, "El sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor". Los versículos apocalípticos deben entenderse como de naturaleza simbólica debido a que la lengua y la cultura hebreas eran así. Lo sabemos al observar otros textos apocalípticos altamente simbólicos como el libro del Apocalipsis, el cual es el libro más "hebraico" del Nuevo Testamento, lo que significa que tiene más referencias y vínculos con el Antiguo Testamento que cualquier otro libro. Por lo tanto, cuando nos encontramos con imágenes del "fin de los tiempos", como el oscurecimiento total del sol y la luna, vemos que el lenguaje del Antiguo Testamento nos ayuda a entenderlo como un simbolismo hiperbólico más que como un acontecimiento observable, real; por ejemplo, Isaías 13:10-10
"Porque las estrellas del cielo y sus constelaciones no darán su resplandor; el sol se oscurecerá cuando salga, y la luna no derramará su luz. Así castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; también acabaré con la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los despiadados. Haré que el hombre mortal sea más escaso que el oro puro, y la humanidad más que el oro de Ofir. Por eso haré temblar los cielos, y la tierra será sacudida de su lugar ante la furia del Señor de los ejércitos en el día de su ardiente ira".
Hay pensamientos, palabras y simbolismos similares en estos pasajes de Isaías que reflejan el lenguaje utilizado en Mateo 24:29. Este pasaje en Isaías es un juicio profético de la Babilonia del Antiguo Testamento que nos ayuda a entender el lenguaje que Jesús usa ante sus discípulos como lenguaje de juicio.
Estos pocos, pero importantes puntos históricos y bíblicos, también nos ayudan a entender el lenguaje de la tribulación al que Jesús se refiere a partir del versículo 21. A menudo los versículos 21-25 se usan en referencia a la Gran Tribulación. Manteniéndonos en el contexto de que los discípulos estaban presentes en la época de Jesús, esta tribulación estaría ligada a la persecución y martirio de los cristianos en esa generación antes de la destrucción del año 70 d.C. a través de Roma. Lo anterior significa que la “Gran Tribulación" descrita en este pasaje de la Escritura ya ocurrió y que la destrucción del templo fue esa tribulación que físicamente terminó con el Antiguo Pacto (antiguo sistema hebraico) y solidificó el Nuevo Pacto. Aunque el cristiano de hoy ya no está esperando la descripción de la tribulación de Jesús de acuerdo con Mateo 24, no descuidamos el hecho de que los seguidores de Cristo enfrentarán tribulación o persecución hasta cierto punto en esta era. Hay otras escrituras del Nuevo Testamento que se refieren a este tema (Stg. 1:2-3; Mt. 5:10-12; 1 Pe. 4:12-16).
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